Los test verbales.




Tienen la palabra como vehículo fundamental y a veces exclusivo. Van desde lo puramente verbal, en que casi lo único importante es la facilidad para emitir palabras que cumplan las condiciones determinadas, hasta auténticas creaciones donde se recurre a todas las capacidades expresivas del lenguaje y la fantasía juega con la libertad.



Escribir palabras que respondan a una condición determinada. 
Se puede trabajar la escritura de palabras respondiendo a una condición determinada. Por ejemplo, que comiencen por cualquier letra dada, o por una sílaba, o que terminen en una letra o grupo de letras. Es ya antiguo el juego de la fuga de letras, pero para que la prueba tenga carácter creativo debe dejar abiertas varias posibilidades de respuestas.

Se muestran palabras completas, dos, cuatro, hasta veinte, y se deben formar con ellas variadas frases y párrafos con sentido. Se recomienda que construyan con ese material historias ingeniosas. Únicamente se pueden establecer en las palabras-estímulo las modificaciones gramaticales necesarias, como convertir en plural, modificadores verbales y añadir artículos, preposiciones y conjunciones.



Analogías

Este es una de las pruebas que tiene mayor poder discriminante y por lo tanto una de las más válidas. Como estímulo se ofrece una palabra, no sólo que tenga numerosos sinónimos, sino que además permite aplicarse a campos distintos, por ejemplo, raíz, derecho. Se pide que no sólo se formulen lo que pudiéramos considerar sinónimos en un sentido estricto, sino todos aquellos sentidos que van adquiriendo en contextos distintos, al emplear la palabra en situaciones varias. Por ejemplo, duro puede tener un sentido material, como sólido o resistente, o una intención espiritual como tenaz, incansable. Tanto mejor si hay analogías brillantes o literarias.

Estas analogías se presentan de modos variados. A veces se invita a descubrir las semejanzas que se dan entre objetos sometidos a comparación. Así, establecer lo que tienen de común entre sí un lápiz y un pincel.

La prueba puede tomar otro sesgo. Se pide que enumeren todos los objetos que parezcan en alguna cualidad, por ejemplo: todos los redondos, amarillos o puntiagudos. También se pueden pedir dos condiciones conjuntamente.

Tienen indudablemente valor diagnóstico las comparaciones y metáforas. Se indica que deben ser numerosas, ingeniosas: este hombre es tan inaguantable como… La vida es semejante a… Comparaciones, metáforas, símbolos, no hacen sino descubrir relaciones remotas, que es uno de los rasgos del pensamiento creativo.



Mejora de producto.

Descubrir fallos e insuficiencias es paso previo y necesario pero insuficiente. Si no fuésemos mucho más allá estaríamos todavía en la prehistoria.


Se puede tratar tanto de mejoras fáciles asequibles, como de otras para las que no disponemos de los medios necesarios. Estas tienen menos utilidad práctica, pero pueden ser un buen ejercicio para desplegar la creatividad. Dependen las preguntas del objetivo que se pretende en función de la situación y de la edad. No es lo mismo reunir a un grupo de expertos para que apunten posibles soluciones de entre las cuales hay que seleccionar la mejor, que pedir a los niños que imaginen como debería ser un juguete para que cumpliera todos los sueños, para que fuese divertido a no poder más y encontrar en él cuanto desearan.



Sintetizar.

Superar datos dispersos en busca de soluciones que se unifiquen, es un buen indicador de creatividad. Una catedral donde se integran piedras y maderas, cristales y argamasa, pilares y bóvedas, arcos y ventanales, rosetones y esculturas, hasta lograr una unidad superior a veces sublime, es algo que denota el talento creador de los artistas que la soñaron y forjaron. Un sistema filosófico o un viaje espacial, una ópera o una organización social que coordina voluntades y alcanza vastos y nobles objetivos, todo esto denota una capacidad de fundir elementos dispersos y trascenderlos hacía síntesis ambiciosas unificantes.

Uno de los procedimientos más utilizados para detectar esta capacidad, consiste en poner títulos variados, agudos, sugerentes, a pequeñas historias. El título ha de captar lo esencial. Pretende decirlo todo, de un modo comunicativo, intenta que el mensaje no quede ignorado y a la vez invita a su lectura.

Los “slogans” publicitarios apuntan a lo mismo, y también se utilizan para detectar esta capacidad sintetizadora. Se quieren transmitir las cualidades esenciales del producto, sus virtualidades, de un modo persuasivo, respondiendo a cuando el público anhela en un campo determinado.



Búsqueda de causas y consecuencias. 

A partir de una imagen, se pregunta por los antecedentes, por cuanto aconteció antes de llegar a esa situación, cuando lo ha hecho posible y lo explica, por todo lo que le procedió.

Si bien las ciencias naturales y experimentales se han preocupado por los antecedentes, el pensamiento consecuencia es el que más nos pide la vida cotidiana, tanto desde el ángulo individual como desde el colectivo. Lo importante es anticipar el futuro, prever las consecuencias de nuestros actos, sopesar los pros y los contras que se seguirán de nuestras acciones, ver como cada alternativa lleva lejos y nos conduce a situaciones ante las que no podemos cerrar los ojos. En las pruebas es preferible que se recurra a campos no directamente relacionados con la experiencia personal, para que no se limiten a repetir informaciones previas y realicen un mayor ejercicio adivinatorio. Ejercicio muy similar a éste es el de diseñar situaciones futuras, cuanto más lejanas mejor, para el desarrollo de las capacidades creativas de niños y adultos.



www.neurociencia.cl/dinamicos/articulos/271781-06_ramirez_rcnp.pdf
https://freidercreativo.wordpress.com/tecnicas-generacion-de-ideas-2/los-test-verbales-2/

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